miércoles, 7 de diciembre de 2011

La Ventana 10/40: Nuevas oportunidades para la misión


Siempre me han intrigado las ventanas. Ventanas con cortinas orladas de flecos. Ventanas salientes rebosantes de flores. Ventanas con persianas que se cierran firmemente contra una tormenta. Ventanas aseguradas para proteger del peligro. Ventanas con vitrales para transmitir un mensaje de belleza.
Ventanas. A veces están abiertas, dándonos la bienvenida. Otras veces están cerradas, prohibiéndonos el acceso.
Pero consideremos otra ventana, una ventana especial, detrás de la cual viven millones de personas, esparcidas en miles de “hogares” en veintenas de países. Estas personas son como nosotros, que habitan casas y tienen familias, alegrías y tristezas. Personas como nosotros que necesitan al Señor. Pero cuando miran por sus ventanas, no pueden ver al Señor; no experimentan el gozo de la salvación. Y debemos preguntarnos: ¿Qué podemos hacer para ayudarlas?
A comienzos de la última década, los estrategas y planificadores de la misión evangelizadora procedentes de iglesias cristianas alrededor del mundo, comenzaron a examinar seriamente la tarea que tenían ante sí. Después de casi 2.000 años de “ir a todo el mundo”, ¿qué ha logrado la iglesia? ¿Qué queda por hacer? ¿Dónde debiera la iglesia concentrar sus esfuerzos a fin de cumplir la orden de Cristo: “Id por todo el mundo” y predicad el Evangelio a “toda nación, tribu, lengua y pueblo” (Marcos 16:15; Apocalipsis 14:6, el énfasis es nuestro)?
¿Cómo están cumpliendo los cristianos su misión?
Cuando los dirigentes de la misión examinaron cuidadosamente los problemas implicados al tratar de alcanzar a todo el globo para el Maestro, se pusieron en evidencia varios hechos. Algunos son un motivo de gozo; otros, de preocupación. Primero, las buenas nuevas:
  1. La misión cristiana ha sido extremadamente exitosa en gran parte del mundo. Como resultado, la iglesia hoy en día ya no es una iglesia europea/norteamericana, sino que es la fuerza religiosa más fuerte en toda Centroamérica, Sudamérica, muchas islas del Pacífico y en el Africa, al sur del Sahara. La membresía activa en estos países excede por lejos a la de los países que enviaron a los misioneros.
  2. Y en los que entonces eran “campos misioneros” la iglesia tiene ahora un fuerte contingente de obreros nacionales, capaces de llevar la mayor parte de la carga del evangelismo, el testimonio y la educación.
  3. Las iglesias en estas partes del mundo se han convertido en organismos religiosos establecidos que envían misioneros a otras partes, oyendo y respondiendo a la orden de Jesús: “Id”. El blanco de tener misioneros “de todas partes a todas partes” se ha convertido en una realidad.
Ahora veamos los hechos que causan preocupación:
  1. Más de 2.000 millones de individuos —esto es, el 40 por ciento de los habitantes del mundo— nunca han oído del evangelio de una manera que les resulte significativa.
  2. La mayoría de ellos pertenecen a grupos de personas que no tienen ningún tipo de presencia cristiana entre ellos. No hay nadie que hable el idioma de ellos y/o comprenda su cultura y/o viva cerca de ellos como para compartir con ellos las buenas nuevas. Son lo que los misiologistas denominan “grupos de personas no alcanzadas”, los que nunca oirán el evangelio a menos que alguien cruce las barreras culturales y lingüísticas que los aíslan.
  3. Cada país de la tierra tiene grupos de ese tipo. Sin embargo, la mayoría de estos grupos están concentrados en una sección del globo. Esta área específica de la tierra ha sido identificada como una ventana de necesidad, una ventana de oportunidad, y, al mismo tiempo, una ventana parcialmente cerrada. Se la designa como “La Ventana 10/40”.
¿Qué es la Ventana 10/40?

La Ventana 10/40 es una sección de la tierra que se extiende desde el norte de Africa a través del Medio Oriente y en Asia central y oriental, entre los paralelos 10 y 40 al norte del ecuador (ver el mapa en la p. 16). El área tiene varios rasgos significativos que los cristianos deben considerar:
  • Allí es donde vive la mayoría de la población del mundo. Aunque esa área representa sólo un tercio de la superficie de la tierra, es allí donde reside alrededor de las dos terceras partes de la población del mundo. Las dos naciones más populosas del globo están dentro de esa área: India y China, que colectivamente representan casi la mitad de la población del mundo.
  • Allí es donde está la gente que necesita al Señor. Más del 90 por ciento de las personas “menos evangelizadas” de la tierra viven en la Ventana 10/40.
  • Allí vive mucha de la gente más receptiva a lo espiritual. La Ventana 10/40 es la cuna de las principales religiones del mundo: judaísmo, hinduismo, budismo, cristianismo e islamismo. A excepción del cristianismo, todas las demás religiones florecen vigorosamente en esa área.1
  • Allí es donde está la gente que sufre y padece necesidad. La mayoría de los pobladores más pobres del mundo —el 80 por ciento— vive en esa región. Y lo que es aún más importante: más del 80 por ciento de la gente en el mundo que tiene “el stándard de vida”2 más bajo, vive en esa zona.
  • Pero, increíblemente, a pesar de estos hechos, el cristianismo dedica para esa área menos del 10 por ciento de sus fondos y esfuerzos misioneros.
Los adventistas y la Ventana 10/40
La Iglesia Adventista siempre ha reconocido la necesidad de ir a “todo el mundo”. Sin embargo, desde mediados de la década de 1980, ha habido un énfasis creciente en alcanzar las áreas y los pueblos del mundo todavía no alcanzados con el Evangelio, y en concentrarse diligentemente en ellos para el cumplimiento de la misión.
Varias organizaciones han estado en la vanguardia de este movimiento. La Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA), con énfasis en proyectos de ayuda y desarrollo, va resueltamente a partes del mundo donde otros esfuerzos misioneros no serían bien recibidos. La Universidad de Loma Linda y sus equipos médicos y quirúrgicos especializados han podido llevar sus dones de sanamiento a zonas previamente no tocadas. La Misión Adventista de Fronteras ha concentrado sus esfuerzos en las “fronteras” del mundo al realizar su trabajo en áreas previamente no alcanzadas.
En adición a esto, desde 1990 la oficina de Misión Global en la Asociación General ha encabezado programas para llevar el evangelio no sólo a todos los países del mundo, sino también a los grupos de población en cada país. Muchos de ellos están en la Ventana 10/40. En 1998, como una parte de esta misión global, casi 20.000 “pioneros globales” se trasladaron a áreas en sus propios países en las que no se ha entrado con el Evangelio para hacer obra evangelística pionera sobre una base voluntaria, concentrándose en un grupo no alcanzado por uno o dos años.
¿Qué podemos hacer?

Como cristianos del siglo XXI consagrados a nuestra tarea, ¿qué podemos hacer para enfrentar los desafíos y necesidades que la Ventana 10/40 nos presenta? Obviamente, no queremos volver nuestras espaldas a los que sufren, a los pobres y a los que no tienen el gozo de la salvación. He aquí algunas cosas que podemos hacer.
Considerar el problema seriamente. Alcanzar a los no alcanzados es un asunto serio, urgente. Jesús así lo dijo. En la parábola del buen pastor, con 99 de sus ovejas seguras en el redil, el pastor enfrentó los peligros de la noche para buscar a la que estaba perdida. Lo arriesgó todo por sólo el uno por ciento. ¿Podemos hacer menos, cuando más del 50 por ciento de las ovejas de Cristo ni siquiera lo conocen?
Orar por esta área. Unirnos a millones de cristianos alrededor del mundo en oración intercesora por las personas que están en la Ventana 10/40. Necesitan experimentar el gozo de la salvación que nosotros conocemos. Coloquémoslos cada día ante el trono de Dios. La iglesia cristiana primitiva consistía de personas que oraban diaria y fervientemente en busca de poder y sabiduría. Y a lo largo de la historia, el avance de la misión siempre ha estado unido a la oración consagrada. Hudson Taylor, el famoso misionero, dijo cierta vez: “Si usted quiere entrar en la provincia de Honan (en el sur de China), debe avanzar sobre sus rodillas”. ¿Podemos nosotros hacer menos?
Comprometerse con la misión. Es esencial nuestra participación a nivel personal a fin de alcanzar a estas personas con las buenas nuevas. Debemos colocar nuestros talentos sobre el altar de Dios. Debemos aumentar nuestros esfuerzos a fin de satisfacer las necesidades físicas, materiales y espirituales de las personas que viven en esa área. La obra humanitaria, educacional y de socorro produce cambios efectivos.
Buscar maneras creativas de compartir el “gozo de la salvación”. Uno de los mejores enfoques del Nuevo Testamento es ir como “fabricantes de tiendas”. El apóstol Pablo entró en comunidades “no alcanzadas” como un comerciante con un oficio. Se ganaba la vida haciendo tiendas pero dedicaba gran parte de sus energías a llevar las buenas nuevas a gente que nunca las había oído. Los modernos imitadores de Pablo experimentan gozo y éxito al dedicarse a sus profesiones en países que se encuentran a través de toda la Ventana 10/40. Especialistas en computadoras, ingenieros, profesionales de la salud, comerciantes, empresarios, educadores y otros profesionales están avanzando en las huellas de Pablo, trabajando para el avance del reino de Dios no como misioneros regulares auspiciados por la iglesia, sino como modernos fabricantes de tiendas. Los estudiantes cristianos pueden proseguir sus estudios —especialmente títulos avanzados— en universidades ubicadas en la Ventana 10/40, donde podrían ponerse en estrecho contacto con futuros dirigentes del pensamiento, mientras obtienen una educación plausible.3
Pero antes de ir a ministrar en el área 10/40, debemos estar bien informados respecto a una o más de las principales religiones del mundo y a la cultura que las acompaña. Los que ingresan en países de esa región del mundo necesitan obviamente llegar a ser sumamente sensibles a las costumbres, cultura, creencias religiosas y convicciones de la gente de esa área. Sólo cuando ocurre esto pueden presentar las buenas nuevas que los cristianos valoramos tanto de una manera significativa para los oyentes, contestando sus preguntas sobre la vida, satisfaciendo sus necesidades del corazón de una manera que tenga sentido y que sea culturalmente relevante para ellos.
Sin importar qué método o enfoque usemos, debemos identificarnos con la gente como lo hizo Jesús, viviendo entre ellos, aprendiendo su idioma, compartiendo su vida y cultura tanto como podamos. Sólo entonces tendremos el derecho y las oportunidades para comenzar a compartir nuestras convicciones y creencias.
Practiquemos el arte de la genuina amistad cristiana. No una amistad con un “anzuelo oculto” para ser suspendido frente a los no cristianos, y luego retirarlo si no responden de una manera predeterminada. No una amistad con una “agenda oculta”, sino una amistad genuina que considera a la gente y su vida seriamente. Debemos involucrarnos en la vida cotidiana de los individuos y ponernos en estrecho contacto con ellos como amigos. Recuerda: prodiguemos nuestro amor y amistad incondicionales a los no cristianos doquiera los encontremos y el Espíritu Santo podrá entonces usarlos. No tenemos que crear o siquiera preocuparnos por los “resultados”.
Un punto final. Casi cada país de la tierra tiene personas provenientes de la zona de la Ventana 10/40 que están trabajando o estudiando allí. Podemos alcanzar con el evangelio a esos extranjeros que viven entre nosotros dándoles un cuadro más claro de cómo son realmente los cristianos y el Dios del cristianismo.
La Ventana 10/40 es una ventana de oportunidad, a veces levemente entreabierta, a veces herméticamente cerrada. Si somos cristianos consagrados no podemos cerrar los ojos a lo que vemos a través de la Ventana 10/40. Debemos ver sus necesidades. Sentir su dolor. Lo de ellos nos afecta. Dios nos llama hoy a alcanzar con el evangelio a los que viven detrás de la ventana.
Pat Gustin es directora del Instituto Adventista de Misión Mundial. Su dirección: Andrews University; Berrien Springs, Michigan 49104; U.S.A. E-mail: gustin@andrews.edu
Notas y referencias
1.   Población del área, por religión: musulmanes-22 por ciento, 706 millones; hindúes-23 por ciento, 717 millones; budistas-5 por ciento, 153 millones.
2.   La calidad de vida está delineada por la expectativa de vida, la mortalidad infantil y el alfabetismo.
3.   Por más información sobre el “hacer tiendas” y seguir estudios en países ubicados dentro de la Ventana 10/40, ponte en contacto con Sociedades Globales (Global Partnerships) en el Institute of World Mission. E-mail: partners@andrews.edu Web site: www.andrews.edu/IWM/partners

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