1. El capítulo uno, plantea a manera de introducción el problema del asunto, es decir la aparente falta de textos bíblicos explícitos respecto a “Los Grupos Pequeños”. Se ha visto que no solo es importante saber, sino creer. Y que a menos que no creamos jamás podremos lograr éxito en este bonito plan de Dios.
2. El capítulo dos, presenta la importancia de ver el asunto de los Grupos Pequeños, teniendo como brújula o base y punto de partida, la Biblia, la Palabra de Dios. ¡A la ley y al testimonio…!
3. El capítulo tres, muestra algunas cuestiones comunes entre la feligresía de la iglesia adventista respecto a los Grupos Pequeños. Y se ha mostrado de manera interesante que ante la pregunta ¿Por qué un Grupo Pequeño? La respuesta es: Por ser el plan de Dios, y ante la cuestión ¿Para qué un G.P.?La respuesta es: Para adorar a Dios.
4. El capítulo cuatro, aclara un asunto muy mal entendido, un principio divino contra un plan de Dios. Claramente vimos que el Grupo Pequeño es un plan de Dios, no un principio como tal.
5. El capítulo cinco, muestra bíblicamente el desarrollo de los Grupos Pequeños en el Antiguo Testamento. Desde el Edén hasta la consolidación del pueblo de Israel con Moisés. Entendiendo claramente que sin duda alguna son un plan de Dios. Cuando el pueblo de Israel salió de Egipto, antes de ingresar a Canaán, esa tierra donde fluye leche y miel (16:13), Dios tuvo que organizarlos en Grupos Pequeños. Así también, al pueblo de Dios actual, al Israel moderno Dios a través de una mensajera, de Elena G. de White nos exhorta a organizarnos en Grupos Pequeños para cumplir la razón y misión, antes de ir a la Canaán Celestial.
6. El capítulo seis, de igual modo nos presenta a Jesús como el fundador de un Grupo Pequeño singular. Con doce miembros conquistaría el mundo con el evangelio (Ro. 1:8). Sin duda ese Grupo Pequeño revolucionaría la historia de la humanidad.
7. El capítulo siete, detalla el inicio de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, teniendo como base la providencia divina a través de los Grupos Pequeños. No hay duda entonces que son un plan de Dios.
8. El capítulo ocho, presenta y comenta algunos textos del Espíritu de Profecía en Elena G. de White respecto a los Grupos Pequeños y sus actividades, no dejando dudas sobre este asunto.
9. El capítulo nueve, finalmente, detalla brevemente, el papel de los Grupos Pequeños en el fin del tiempo del fin, es decir el la “cereza” de la torta de la historia.
Dios dirige a su iglesia, eso no debemos dudar, y si es así por consecuencia debemos creer que hace todo lo posible para mostrarnos luz. El asunto de los Grupos Pequeños es sin duda una de ellas. No dejemos de prepararnos. ¡Maranatha…!
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