Nuestra
sociedad vive la época del posmodernismo con sus características de re encantamiento o renacimiento de la
espiritualidad, del sentido de comunidad, del sentido y actitud de líderes que
ya no están “sobre, sino entre” , lo que concuerda con la enseñanza del NT del
sacerdocio universal de todos los creyentes, y de que “el mayor de todos entre
vosotros es el siervo de todos”.
Esta
es la era de los relacionamientos casi sin límites, con una tolerancia,
pluralismo y relativización ilimitados. En tal sentido, nuestra tarea de
predicar el evangelio y hacer discípulos entre todos los pueblos, requiere más
que la proclamación del evangelio (Kerigma), o la enseñanza (paideía), ahora es
necesario sobre todo relacionamientos positivos (relación epigenetica)[1]
Sin
embargo, los LGP necesitan reconocer que los relacionamientos se fortalecen
mucho con la intervención de las mujeres en los GP de la Iglesia Adventista del
séptimo Día, debido a los siguientes factores:
- Las
personas se convierten a una religión o iglesia por que establecen y
sostienen un relacionamiento positivo con uno o mas miembros de dicha
iglesia.
- En ese
sentido las mujeres adventistas pueden desempeñar un papel crucialmente
determinante en crear una atmosfera religiosa que favorezca la formación
de dichos relacionamientos, esto debido a que ellas tienen más facilidades
de desenvolver apego, comunicación efectiva, resolución conjunta de
problemas, mutualidad e intimidad.
- Precisamente
es por ese motivo que en las iglesias Adventistas se prefiere tener a las
mujeres en el equipo que forma el ministerio de la recepción, porque ellas
están naturalmente predispuestas a proveer cuidado y atención a los
miembros de la iglesia o el GP.
- Frente al
posmodernismo que exige un nuevo estilo de labor pastoral para las
iglesias adventistas y sus GP, la respuesta es el mayor número de mujeres
en la feligresía involucradas en los diversos servicios y ministerios, lo
que significa que ha llegado la hora de dar mayor entrenamiento y
participación de LGP mujeres.
- En la
coyuntura actual y en un futuro próximo, las mijeres de la IASD serán las
principales responsables por las conversiones, la formación del
discipulado el el pastoreo de los nuevos discípulos que se añadan a la
iglesia.
- Pero eso no
es nuevo, eso ya ocurrió durante la iglesia primitiva. Más allá de la
intervención poderosa del Espíritu santo y
las predicaciones poderosas de
los apóstoles como Pedro y Pablo, fueron las mujeres las que influyeron directamente en las
conversiones primarias y la discipulación de los creyentes de la iglesia
primitiva.
- De ese modo
los LGP deben considerar que los GP son el ambiente ideal para involucrar
a las mujeres adventistas en el ministerio de la iglesia, allí pueden
ejercer sus liderazgo sirviendo de modelo de liderazgo espiritual de
servicio que tanto hace falta en la iglesia.
- Es hora de
separar, inspirar, entrenar y enviar LGP mujeres para que hagan realidad la creencia bíblica del
sacerdocio universal de todos los creyentes. Ellas pueden crear un
ambiente de actitudes y gestos espontáneos de relacionamientos que
finalmente cumplirán sus objetivos misioneros.
Señor permite
que nuestra iglesia tome conciencia de que en esta tiempo de posmodernismo en
el que el hombre esta abierto a la diversidad, a la coexistencia y al
pluralismo intercultural que ha traído un sentimiento de indefinición e
inseguridad, nosotros podamos ofrecerle un ambiente agradable acogedor donde
pueda reencontrar su identidad y sus sentido de existencia para crecer
espiritualmente y socialmente en buena relación consigo mismo, con sus prójimo
y con Dios.
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Resumen libre de: “Las mujeres y los
pequeños grupos”, de Tania M. López Torres.
[1] Peter
Prime (citado por Tania López Torres, 2007). Pequeños Grupos Grandes
Soluciones. Seminario Adventista Latinoamericano de Teología, SP, Brasil.