Profundice su relacionamiento con ellos.
Escoja Algunas personas con potencial para LGP y
establezca un relacionamiento especial con ellos. Si usted quiere influir sobre
otros, recuerde que esto no se da mediante seminarios, sino con el
relacionamiento.
Jesús llamó a 12 para que estuvieran con el (Mr.
3:13). El se relacionó muy cercanamente con ellos, comió, caminó, durmió,
trabajó, y predicó acompañado de sus discípulos. Después les dijo que los amaba
(Jn. 15: 9,12). Solo cuando llegas a amarlos llegarás a influir en los miembros
de tu GP o tu iglesia.
Además los llamó amigos (Jn. 15:15), eso se llama
desarrollo de los miembros mediante la amistad.
Pablo por su parte entrenó a otros del modo en que
Bernabé lo entrenó a el, comiendo, trabajando, predicando, juntos. Hech. 9 :27;
13:4,13. De igual modo sucedió con Aquila y Priscila, y con Apolos , Pablo los
entrenó vivencialmente, experiencialmente (Hec. 18:3,26).
No existe discipulado sin relacionamiento. Jamás se
debe subestimar el poder y la importancia del relacionamiento con los futuros
líderes. Solo el entrenamiento (coaching) de vida para vida es el más adecuado
para la transformación de los miembros en líderes.
A las personas les importa poco cuanto sabe usted,
hasta que ellos llegan a saber cuánto les importa ellos a usted. ¿Le importa
alguien de verdad? Interesarse por alguien es darle alimento espiritual.
Cuatro acciones concretas de relacionamiento.
1. Comuníquese.
Las personas se sientes cercanas a usted cuando se
comunica con ellas. Mándeles un e-mail, llámeles los sábados de mañana, tomen
un refresco, coman juntos al menos una
vez al mes.
La falta de comunicación es frustrante. Yo tenía un
jefe que se comunicaba bien en público, pero persona a persona era un fracaso.
Es realmente frustrante querer agradar a alguien que
no se comunica. Algunos no saben lo que deben hacer hasta el momento que su
jefe dice: ¿Por qué este asunto no fue
hecho?
Los futuros líderes merecen saber lo que está
sucediendo. Separar tiempo para comunicarse desde el comienzo y regularmente
con sus líderes, luego mándeles un e-mail, visítelos, e invítelos a su casa.
Comparta sus experiencias. Que sepan cómo esta su
desempeño, los planes futuros, sus sueños, su agenda.
2. Valorícelos.
Sea generoso en su aprobación y abunde en elogios
sinceros. Ese es “el secreto para relacionarse adecuadamente con las personas”.
Dale Carnigie.
Las personas no
miden su apoyo cuando saben que los valoramos. “El principio más
profundo de la naturaleza humana es el deseo de ser valorado”. Willam James.
“Apruebe, valore, elogie con naturalidad y lo
amarán”. Rubén Jaimes.
Invéntese un sobrenombre que los motive y levante
sus emociones positivas. “Llamarlos discípulos, pastores voluntarios, guerreros
del gran conflicto hizo una gran diferencia”, en mi propio ministerio
entrenador de nuevos líderes.
3.
Reconózcalos.
Las personas tienen una necesidad natural de ser
reconocidas. Los miembros tienen hambre de ser reconocidas. Festeje y premie
los logros que se alcanzan. Es frustrante lograra algo y que nadie diga nada,
el olvido y el desprecio es lo que más hiere a los que se esfuerzan por lograr
las metas.
Entregue algún regalo o presente sorpresivo. Haga
algunos reconocimientos públicos.
4. Empodérelos,
deles valentía.
La mejor habilidad del liderazgo es ser líder de los
hinchas. Dales coraje, no los deje solos, dígales: “Tu puedes, no te desanimes”.
Desde que alguien ora, da un estudio, o predica en público no lo dejes solo,
anímalo hasta que se desenvuelva por sí
mismo.
Puedes decirle por ejemplo: “Amigo, creo que Dios te
usará para hacer una diferencia en este
ministerio al cual te ha llamado”.
En resumen, dale valor a tus nuevos líderes creyendo
en ellos. Ayúdales, enséñeles a depender de Dios mediante tu propio ejemplo,
por que tus palabras solo despertaran su curiosidad pero tu ejemplo lo
impulsará a transformarse en un nuevo líder y pastor voluntario de los Grupos
Pequeños.
Heyssen J. Cordero Maraví
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