miércoles, 17 de noviembre de 2010

Las pretensiones de la llamada teología contextualizada


Un pastor evangélico habla sobre la hoy en boga, "teología contextualizada", resulta interesante leerlo porque es más común entre ellos que en el seno de la iglesia. No obstante es inegable que está haciendo sus primeros destellos. A continuación el artículo escrito por Samuel Santana:


He escuchado algunos hermanos, ministros, teólogos y pensadores evangélicos hablar de “teología contextualizada”.Con toda sinceridad, yo no sé que quieren decir con esto. Es que los pensadores, y más si tienen ribete de filósofos, suelen decir las cosas envueltas con tanto barniz gramatical que uno termina en la confusión.Pero me imagino que al hablar de una teología contextualizada se quiere expresar que se debe dar hoy un mensaje bíblico al pueblo conforme a sus necesidades, realidad y problemas.Es como si tomáramos el texto y lo desentrañáramos para, luego, ponerlo a tono con lo que vive el hombre hoy.Sin embargo, eso no es nada nuevo, por lo que no merece el calificativo de contextualización.Los problemas del hombre actual son los mismos de siempre. No hay nada nuevo bajo el cielo. Tome la lista de las faltas de los hombres en la época de la Biblia y compárela con los pecados de hoy y veras que es lo mismo. El hombre siempre ha sido egoísta, violento, mentiroso, corrupto, idolatra, fornicario, adultero, engañador… Un predicador llegó a 800 pecados mencionados en la Biblia. Por supuesto que no agotó todo. Por eso Dios sólo mencionaba en las prohibiciones que hacía en la ley ciertos pecados. Porque algunos eran raíces de otros y porque, sobre todo, eran sólo ejemplos para dar a conocer lo que realmente quería dar a entender.Lo que si se nota hoy día es una predicación superficial, floja, acomodada y muy manejada. Esto se debe a que se está detrás de la simpatía de las gentes. El apóstol Pablo dijo que en los últimos días la gente se amontonarían maestros conformes a sus concupiscencias.Lo otro es que algunos hombres quieren ser predicadores pero sin pagar el precio de lo que esto implica. Le tienen temor a tomar los análisis pesados de las Escrituras para determinar qué es lo que realmente dice el texto bíblico.Si contextualizar significa analizar a profundidad la Palabra para producir un nuevo abordaje del texto, entonces estamos ante algo que realmente no sé quien estaría en capacidad de hacerlo. Los comentarios producidos desde el 1509 hasta el 1917 no han podido ser superados por una nueva producción analítica, exegética o explicativa de la Palabra. ¿Quién ha podido aventajar a un John Gill? Francamente, en el Siglo XIX los únicos que se aproximaron un poco fueron Carl Friedrich Keil y Franz Delitzsch.En definitiva, lo que preocupa es la superficialidad de los predicadores actuales. No le están haciendo muchas cosas a la Biblia. Sus mensajes van más encaminados a la complacencia que a la entrega de un texto bien analizado.Tómese la tarea de ver y escuchar a esos predicadores famosos de la televisión y de grandes iglesias y haga un análisis frío a sus sermones o planteamientos y se llevará grandes sorpresas.Por otro lado, de las entrañas de las grandes editoras están saliendo muchas cosas al margen de la Biblia. Hay muchas palabras y pensamientos de hombres.Usted expone la Palabra tal como se produjo en su contexto histórico, religioso, social, político, económico, cultural… y verá que tiene pertinencia hoy día. Ese fue el pan que dio Dios a los hombres de todas las épocas.Lo único que se debe hacer es exponer la Biblia tal como la sirvió el Señor. En el mundo no se producirá una condición humana que sea capaz de escaparse a la pertinencia la Palabra de Dios.Lo que sí preocupa es el relativismo, pues se trata de una manera muy sutil a través de la cual se quiere justificar todo, lo que llevaría a ver la Biblia como un libro obsoleto y fuera del interés humano actual. Creo que contribuimos con esto al decir que nuestra teología está desfasada. Ojo con esto.


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