domingo, 6 de agosto de 2023

Libro: ¡Hagan discípulos! Hacia una iglesia misionera | By Pr. Heyssen Cordero Maraví - Descargar

La gran comisión de Cristo es una orden, un mandato que se nos ha dado a todos aquellos que decimos llamarnos discípulos, de ahí el título de esta lectura: ¡Hagan discípulos!, puede que no se lea tan bien en español, pero Mateo 28:19 registra: “por tanto id y haced discípulos” debe ser leído tal como estamos proponiendo. Elena G. de White dice al respecto: “El mandato dado a los discípulos nos es dado también a nosotros […] Una misión sagrada nos ha sido confiada. Esta es la orden que nos ha sido dada: “por tanto, id, y haced discípulos a todos los gentiles...” (Servicio cristiano, 20). Es Dios quien nos ha dado esta misión. La misión tiene origen en Dios, y esa no es opcional, sino que es urgente, es un imperativo.



El párrafo anterior puede resultar trillado y tan repetido, pero no te apresures. ¿Sabías tú que, en la actualidad, solo el 5% de la feligresía está involucrado en el cumplimiento de la misión? Imagina una iglesia de cien miembros, ¿ya lo imaginaste?; pues bien, de esos cien miembros de todas las edades, solo cinco de ellos dan testimonio de su fe, enseñando la Biblia, cumpliendo así la misión, esto, según los datos al cierre del 2018 (Véase en Adventist Church Management System (ACMS), sistema computarizado de secretaría de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en la División Sudamericana) ¿Qué te parece? ¿Te parece un dato alentador?

Cuando era niño, teníamos una chacra que se llamaba “El naranjal”. Desde que tuve uso de razón siempre supe que se llamaba así. Sin embargo, un día de esos, cuando uno reflexiona de todo, me pregunté: “¿Por qué mi chacra se llama “El naranjal” si no tenemos más que unos diez naranjos viejos por el tiempo?”.

“¿por qué nuestra chacra se llama “El naranjal”, si tenemos contaditos los árboles de naranjas?”-le pregunté a mi mamá- Ella sonrió y me dijo: “Ahora no tenemos, pero hubo un tiempo cuando sí había, y teníamos muchos árboles de naranjas, cientos y cientos de árboles de naranjas. Por eso, tu abuelo le llamó a esta chacra: “El naranjal””. Cuando terminó de hablar, le dije: “Mamá, creo que, en honor a la verdad, debemos cambiar el nombre de la chacra; pongámosle “El platanal, porque sí tenemos plátanos” o “El yucal, porque sí tenemos yucas”, pero dejemos de llamarla “El naranjal””.

¿Te imaginas una iglesia llamada a HACER DISCÍPULOS la cual no hace discípulos? Los datos estadísticos son fríos, sin embargo, nos muestran nuestra realidad. ¿Cómo puede ser posible que el 95%, de los miembros de iglesia, no tengan participación directa en el cumplimiento de la misión?



¿Qué hacer? ¿Cómo hacerlo? ¿A dónde ir? Estas preguntas serán resueltas en la obra que tienes en tus manos. No buscaremos mucho, no inventaremos nada nuevo, simplemente iremos a la fuente inagotable de sabiduría: la Biblia y, en ella, estudiaremos cómo hizo discípulos el más grande y mejor discipulador de todos los tiempos: Jesús. Y tomando principios de la Biblia, del Espíritu de Profecía y lo que la iglesia ya viene haciendo, intentaremos cumplir la orden: ¡HAGAN DISCÍPULOS!


Que Dios la bendiga.


Pr. Heyssen J. Cordero Maraví 

Ministerio Personal, Escuela Sabática y Evangelismo 

UNIÓN PERUANA DEL SUR

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