viernes, 21 de junio de 2013

El valor supremo del relacionamiento en Grupos Pequeños

La vida es relacionamiento, el resto son detalles, afirma Smalley (2004), en efecto esta es una verdad innegable, pues para la vida del ser humano integralmente lo que realmente importa son sus relacionamientos. Todo lo que hacemos como seres humanos tiene que ver con nuestros relacionamientos, fuimos hecho para relacionarnos y para relacionar  a los seres humanos pacificándolos y reconciliándolos consigo mismos, con su prójimo pero sobre todo con Dios mismo. En tal sentido, una de las bienaventuranzas dadas por Jesús dice: “Bienaventurado los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios”.


Con tal objetivo en mente es preciso conocer y adquirir las habilidades necesarias para ejercer un buen relacionamiento. Entrenarse para estar bien relacionado (feliz) independientemente de lo que los otros hagan. ¿Cómo?

No olvidemos que la crisis del relacionamiento es evidente en nuestro mundo, algunos creen que ya no existen amigos de verdad, las buenas relaciones entre las personas están empeorando, en la familia, la iglesia, el trabajo, los colegios, jóvenes enamorados rompen sus relaciones y su soledad los lleva la suicidio, la violencia parece ganar el sitio que antes ocupaban los buenos relacionamientos.

La esencia o la semilla del relacionamiento.

  1. Hay que leer el manual del fabricante que nos creó y ver la parte que define nuestra naturaleza relacional.
·       Hay que entender nuestro ADN relacional.
·       Tenemos una ansiedad, un deseo vital por relacionarnos.
·       Todo ser humano mientras vive anhela un buen relacionamiento.
·       Mientras Adán vivía solo, sin Eva “no estaba bien”. Dios mismo lo dijo: “No es bueno que el hombre este solo”.
·       La soledad no es una buena situación para nadie.
·       El hombre necesita una relación emocional y espiritual profunda, interior e integral.
·       Definir a un hombre feliz es decir que es un hombre bien relacionado.
·       Pero recordemos que el pecado, el miedo, la vergüenza, la acusación mutua,  acabaron con  su relacionamiento feliz con Dios y entre ellos mismos como pareja (Adán y Eva)
·       Pero esa tragedia, esa ruptura de buen relacionamiento se ha prolongado y multiplicado sus efectos que ahora se pueden ver en una sociedad dividida, una familia en crisis y con seres solitarios que no se aceptan ni a ellos mismo.
·       Eso significa que nacemos con una herencia genética de relacionamientos dañados.

  1. Hay que definir los elementos claves del buen relacionamiento.
·       Sea lo que sea, necesito relacionarme. He sido creado para relacionarme.
·       Hay tres niveles de relacionamiento: Consigo mismo, con su prójimo y con Dios.
·       Si una de las tres dimensiones de relacionamiento están mal llevadas se produce un desequilibrio en la vida del ser humano.
·       Esta es una antigua verdad que el hombre no ha querido reconocer para no hacerse responsable por sus consecuencias.
·        




  1. Establecer un plan de relacionamiento de calidad.

Si logramos tener miembros, dirigentes, líderes de GP y pastores bien relacionados  bien relacionados, con dirigente y  líderes de GP bien relacionados tendremos un potencial increíble para ganar y desarrollar nuevos discípulos para Cristo.
Primero:
·       Ocúpese de su relacionamiento saludable consigo mismo, ámese a sí mismo, repase como esta su autoestima. No es pecado ocuparse de sí mismo, de su salud integral (física, mental, espiritual).
·       Es una actitud equivocada despreciarse a uno mismo, pensando que así hacemos morir el  “Yo” pecaminoso o viejo hombre. El otro extremo es el narcisismo amarse a uno mismo por sobre Dios nuestro creador.
·       Ámese a sí mismo, arregle su relación consigo mismo, para vencer su viejo hombre pecaminoso. Es hora de tener una mejor relación consigo mismo, será el comienzo de su realización y plena felicidad.
Segundo:
·       Trabaje en la mejora de sus relacionamientos con los otros seres humanos.
·       Los buenos relacionamientos son respetuosos, fuertes, satisfactorios y productivos.
·       Si una relación esta dañada tome la iniciativa para repararlo, aun si no se restablece como quisiera tendrá la satisfacción personal de haberlo intentado.
·       Lo importante no es lo que digan de usted sea bien o sea mal, lo importante es su reacción responsable ante ese hecho.
Tercero:
·       Reconozca que fue hecho para relacionarse con Dios ineludiblemente. Sea que crea o no en el, que lo ame o que le resulte indiferente usted tiene una relación con Dios.
·       Un hermano le decía a su vecino ateo: “yo tengo una relación de amor con Dios, porque creo en el, usted tiene una mala relación con Dios porque no cree en él, porque ha decidido ignorar su amor por usted, pero de todos modos ese en su tipo de relación con Dios”.
·       Es una realidad probada que estamos relacionados con Dios. Por eso la COMUNION DIARIA CON DIOS, es el primer trabajo del líder y discípulo de Cristo.
·       Ten una comunión amorosa con Jesús, el necesita que lo ames, dile que lo amas y vive felizmente relacionado con El.

No olvides que una relación saludable con Dios, le da sentido, equilibrio y balance a tu vida plena. Te sentirás feliz contigo mismo, con los otros y con Dios.


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